Pensaste que tener una propiedad arrendada sería una inversión fácil, pero la realidad te ha sorprendido. Trámites constantes, gestión de pagos y la necesidad de explicar todo al arrendatario te hacen sentir atrapado en una relación desgastante. Al final del día te hace preguntarte por qué decidiste tener una propiedad en arriendo.
Cada semana, una nueva queja. El arrendatario te escribe a cualquier hora exigiendo que arregles hasta el más mínimo desperfecto. Tú te preguntas si realmente te corresponden esas reparaciones. Entre tantas demandas, lo que comenzó como una inversión inteligente ahora solo te genera frustración.
Cada mes es la misma historia: el día de pago llega, pero el dinero no. Llamas, envías mensajes y, cuando por fin logras comunicarte, te prometen que pagarán «hoy mismo». Las excusas se repiten, y la incertidumbre te consume. Empiezas a preguntarte si arrendar tu propiedad realmente es una buena idea.
Has perdido la cuenta de cuántas veces has tenido que buscar en internet sobre la ley de arriendo o consultar a abogados por problemas con tus arrendatarios. Desde incumplimientos hasta reclamaciones por daños, has lidiado con todo. Lo positivo: ya casi puedes considerarte un experto en derecho inmobiliario.
Permítenos encontrarte un arrendatario que trate la propiedad como si fuera suya y pague el arriendo a tiempo. A través de un riguroso proceso verificamos antecedentes penales, historial laboral y comportamiento.
Realizamos visitas regulares para asegurarnos de que tu propiedad se mantenga en buen estado. Estos chequeos nos permiten detectar un problema temprano y gestionarlo para que tu propiedad esté siempre en óptimas condiciones.
Apoyo jurídico cuando lo necesitas. Contamos con un equipo legal especializado en derecho inmobiliario. Desde la redacción de contratos hasta la resolución de conflictos, te cubrimos las espaldas en cualquier situación.
Monitorizamos que los pagos de arriendo, gastos comunes y cuentas se realicen de forma puntual. Tomaremos acción inmediata si surge algún problema, manteniéndote informado y cubierto en todo momento.
Solo necesitas contactarnos para iniciar con el proceso de búsqueda del arrendatario. Te compartiremos nuestras recomendaciones para que tu propiedad esté lista para ser arrendada, y luego nos encargamos de todos los detalles.
¡Sí, claro! Puedes contratar los servicios de administración y seguro de arriendo con el contrato notariado o incluso cuando estés a puertas de firmarlo. Te pediremos los comprobantes de pago al día y, en el caso del Plan Premium, también la documentación del arrendatario, para verificar que se cumpla con los estándares de la aseguradora. Una vez contemos con esto, agendaremos una visita al inmueble para tener nuestro registro del estado del inmueble en ese momento, presentarnos con el arrendatario y formalizar la intermediación con un anexo.
Si contratas un servicio de administración, el pago corresponde a una comisión mensual, a partir del segundo mes del plazo de arriendo, que se descontará de la renta de arriendo efectivamente recibida, y una de corretaje sólo cuando haya que buscar a un nuevo arrendatario, que se descontará una única vez del primer arriendo, a la firma del contrato.
¡Tú! Siempre tendrás la última palabra. Te presentaremos las alternativas y formas para que puedas tomar una decisión informada sobre el reajuste de arriendo, renovación de contrato o cualquier acción que pueda ser necesaria. La decisión final es siempre tuya.
En caso de no querer renovar el plan, solo te pedimos nos notifiques 30 días antes de cumplir el plazo del contrato para poder hacer el traspaso de vuelta a tu nombre o de tu nuevo mejor aliado y cerrar con el finiquito de los servicios.
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